La actividad física favorece que el cuerpo se mantenga sano. Estimula el crecimiento óseo, muscular y del tejido adiposo. Además, si se inicia con actividad física en la infancia, este hábito tiende a permanecer en la edad adulta. ⁽³⁾ Por mucho tiempo se ha tenido la idea de que el ejercicio físico estimula el crecimiento, así como, que existen ciertas actividades que, por el contrario, lo inhiben. Sin embargo, está demostrado que realizar actividad física a nivel competitivo no conlleva a ningún riesgo para el crecimiento de los niños; aunque, tampoco se ha demostrado que realizar ejercicio sea un factor que influya en la talla final de los niños. ⁽³⁾

La evidencia indica que el ejercicio físico no afecta el crecimiento del niño, pero contribuye a la conformación ideal de los tejidos óseos y musculares, asegurando posibles efectos beneficiosos durante toda la vida. La creencia popular de que ciertos deportes pueden modificar la altura final del individuo como, por ejemplo, la práctica del baloncesto aumenta la altura, no tienen base científica. La elección de estos deportes se basa en las características del individuo y, por lo tanto, es más probable que las personas altas tengan éxito jugando al baloncesto y es más probable que las personas de baja estatura puedan ser exitosas en la gimnasia. ⁽³⁾